En mi juventud teníamos una caja tonta llamada televisión hoy desgraciadamente tenemos otra mas pequeña llamada móvil. Muchas veces por no decir todas olvidamos el calor y la cercanía de la persona que tenemos al lado y nos entretenemos en chatear con otro amigo que esta mas lejos y que es fría su compañía. Hace pocos días tuve la gran oportunidad de reencontrarme con un amigo mio de hace 40 años, nuestros móviles estuvieron en silencio pero hubo gracias a ello una comunicación interior y espiritual de gran calibre, yo siempre me he rodeado de buenos curas, en este caso de un buen cura casado. Gracias tengo que dar a Dios de esto, primero por siempre ponerme en sus manos y de también estar acompañado de mis grandes amigos y amigas , sean o no creyentes. jl
Este articulo se lo dedico a mi gran amigo Capitán y deciros que ya vamos por 23000 visitas.
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