Hace un año, Seabubble puso en marcha su proyecto de burbujas eléctricas voladoras: vehículos que navegan por encima de la superficie del agua gracias a sus hidroalas se presentan como una solución a los problemas de movilidad y de medioambiente de las grandes ciudades (las que tienen ríos, lagos o bahías), ya que éstos no contaminan ni crean olas. Desde entonces, la compañía creada por Alain Thébault y Anders Bringdal ha vivido en una montaña rusa: la producción en serie de las embarcaciones se ha ralentizado, un misterioso holding suizo se ha hecho con la mayor parte del capital de la empresa y, por último, se ha ideado el 'autobús volador' (The Flybus), la gran apuesta para consolidarse en el mercado.
Comencemos por el final. Hasta la fecha no ha trascendido demasiado sobre el barcobus volador, una suerte de ferry eléctrico equipado con hidroalas. A través de una cuenta de Twitter vinculada a Seabubble, The Flybus desveló el pasado día 9 que se está trabajando en dos modelos, uno para acoger a una docena de pasajeros que navegará a 40 nudos de velocidad máxima y otro capaz de transportar a 32 personas a 35 nudos.