DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO
Santiago 1: "La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo." Es significativa esta forma de definir como pura e intachable la religión. Pareciera que en unos tiempos como estos nos ayuda a concentrarnos en el auténtico objetivo de la fe cristiana. Y este no es una colección de ideas o palabras contundentes o estéticas; ni supone instalar la fe en la desidia o la esterilidad de palabras añejas y sin alma; ni es una farisaica decisión de estar siempre a la contra, como si se tratara de una adolescencia incomoda; ni es opinar sobre lo divino y lo humano para protagonizar y creerse dueños o jueces del mundo.
INTACHABLE. Intachable es la alegría que se mantiene en pie a pesar del dolor o las heridas provocadas por la bestia, como dice el Apocalipsis. Nadie arrebata la alegría del amor y el servicio al que se sabe hijo de Dios y hermano de los hombres. Nadie. Una vida intachable y trasparente se manifiesta sin culpar, aunque haya culpables, y se empeña gozosa y libremente en llevar a todos, sin excluir a ninguno, a la paz y la fraternidad del Reino, a la liberación.
PURA. Y la pureza del hombre de Dios no es la aquél que se agarra a Dios cuando precisa o conviene, utilizándole y manipulándole como consecuencia de sus miedos o intereses, sino la de aquel otro que aprende a saberse sustentado (aguantado, alimentado, alentado) y sostenido (mantenido firme y en pie, defendido, sufrido, apoyado) por el amor de Dios, que no falla nunca; que no abandona nunca, y que transforma la vida en fiesta y en banquete fraterno.
LA RAÍZ ES EL AMOR. Esta es la verdadera radicalidad, la que está ligada a la raíz, que es el amor. Todo aquél que se aleja del amor, sigue menoscabando al hombre y transformándolo ‘en lobo para el hombre’, en estéril y dañino, en negativo radicalismo que reproduce las mismas actitudes y modos de ser opresivos que dice condenar en sus enemigos. El hombre de fe se sabe sustentado y sostenido por Dios. Le deja a Dios todo el protagonismo. Él se sabe un mero servidor, entrañado de amor mutuo, y en permanente escucha. Deuteronomio 4: "Ahora, Israel, escucha: Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar."
DESNUTRICIÓN Y DESOLACIÓN. Los usureros y negociantes, los que se manchan las manos con este mundo, los que no cuidan a los huérfanos ni a las viudas, los que manipulan y socaban a sus hermanos, los que arruinan la vida de los indefensos, todos estos, que se abstengan de hacerse valer como defensores de la fe, a la que, en realidad denigran con su modo de ser y de vivir sin escrúpulos. Y ya sabemos lo que acaban generando: desnutrición y desolación. Clericalismo. Poderío estéril.
SOSTENIDOS Y SUSTENTADOS. Por el contrario, que se ofrezcan para el Reino los que asientan sus vidas en el servicio y en el amor desinteresado a sus hermanos. Salmo 14: "El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente." Con sus vidas y ejemplos aprendemos a valorar el fundamento de la existencia, el que no puede fallarnos, y que no es otro que vivir sostenidos, sosegados y sustentados en Dios: "El que así obra nunca fallará."
LO QUE SE CUECE DENTRO. Recordemos con Marcos 7: "Escuchad y entended todos: lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.” La verdadera religión se relaciona con lo que se cuece en el alma y la mente, dentro de ti. No te confundas. Mírate. “Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro." En tu propio corazón está la respuesta. Dentro de ti se esconde la verdad y la mentira de tu búsqueda y tu felicidad. No busques enemigos ni seas ingenuo: “Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad.” La Palabra de Jesús no engaña. Recuerda la incómoda verdad que enmascaramos y no afrontamos. Dentro está la bomba. Y dentro también el que nos sustenta y sostiene.
ESTÁS PROTEGIDO. Concluye para muchos el tiempo de descanso y vuelve el fragor de la batalla en tu empresa, tu familia, tu vecindad, en la sociedad, la política, la economía, y,… en tu ser. Toma conciencia de la fragilidad que habitas. Y asiéntate en el Espíritu que te sostiene. Es la Vida. Eres amado, sostenido, apoyado, sustentado, defendido, sufrido, alimentado, alentado... Estás en las manos de Dios. Así pues, descansa, trabaja, piensa, actúa y sueña en Él y desde Él. Ya estás en Él por tu bautismo. Él es Padre, Madre, el único Señor. “Por Cristo, con Él y en Él.” Respira. Estás protegido. Sirve y construye la paz, aunque hayas de vivir a la contra. Y corre tras ella.
Antonio García Rubio.