El nacimiento de un bebé prematuro es tan arriesgado que, de los 15 millones que nacen cada año en el mundo, cerca de un millón muere poco después.
De hecho, el parto prematuro -el que ocurre antes de las 37 semanas de gestación- es la mayor causa de muerte entre recién nacidos. Y en el caso de los extremadamente prematuros, de menos de 28 semanas, el riesgo es aún mayor.
Un equipo de científicos y médicos en Países Bajos está creando una tecnología para salvar las vidas de estos bebés.
Se trata de un útero artificial que podrá comenzar a usarse en 10 años y que, aseguran, permitirá "renacer" a los bebés; es decir, experimentar un "segundo nacimiento": el del útero materno y el del artificial.
Se espera que en ese plazo de tiempo estos úteros tecnológicos reemplacen a las incubadoras.