He conocido un templo de Cristo que no se parecía en nada a lo visto por mi hasta ahora.
Ni la Basílica de San Pedro con su monumentalidad e iluminación.
Este templo estaba rodeado de pobres entre los pobres.
Tenia figura de mujer como no podía ser mas.
No era una gran belleza por fuera pero si en su interior.
No tenia este templo grandes solemnidades ni boatos.
Tenia el contacto triste y humilde de quien sirve a los pobres.
Este templo esta mujer tomo al pie de la letra, el Evangelio de Cristo.
No pudo ser mas que Madre Teresa de Calcuta.
No me queda mas que pedir, no por su alma sino por la mía que esta triste, no porque te has ido de este mundo, pues se que allí donde tu estas gozas de buena compañía.
Triste yo porque mis manos siguen vacías y tu te has ido con las manos llenas.
Gracias Madre Teresa por conocerte y que Dios te bendiga.
jl