El 28 de agosto, el gobernador del estado de Illinois, Bruce Rauner, promulgó una ley que permite a los médicos recetar cannabis como una alternativa al uso de opioides para aliviar el dolor.
Y es que los fallecimientos causados por el abuso de estas sustancias altamente adictivas y otras derivadas del opio, incluyendo la heroína, contribuyeron al aumento de muertes por sobredosis en Estados Unidos.
De las 72.000 personas que se estima perdieron la vida en 2017 debido a una sobredosis, más de dos de cada tres fueron víctimas de opioides, según un informe publicado en agosto por los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés, el principal instituto de salud pública a nivel nacional en Estados Unidos.
De hecho, más estadounidenses mueren actualmente por sobredosis que por armas de fuego o accidentes de tráfico.
El CDC estima que más de 700.000 estadounidenses han fallecido por sobredosis de opioides desde 1999, incluyendo figuras famosas como el cantante Prince.