Nacida en Holanda, Margaretha soportó un matrimonio abusivo con un capitán del ejército y la muerte de su pequeño hijo antes de reinventarse en 1905.
Como "Mata Hari", una bailarina exótica en La Scala en Milán y la Ópera en París, logró esquivar leyes de decencia presentando sus actuaciones como "danzas sagradas" de las Indias.
Una serie de relaciones con hombres ricos hicieron que se ganara una reputación como "come hombres". (En ese entonces las amantes eran vistas como un accesorio popular para hombres ricos).
Sus amantes de alto perfil llevaron a los alemanes a ofrecerle dinero para que les diera información sobre los Aliados.
Luego, durante la Primera Guerra Mundial, supuestamente se le pidió que haga contraespionaje para las fuerzas aliadas.