Impulsado por el sol, el viento e hidrógeno obtenido del agua del mar. Así mueve entre olas el multicasco francés Energy Observer que pretende visitar más de 50 países hasta el año 2022. Objetivo: demostrar que existe otro modelo energético de movilidad marítima para cruzar los océanos.
La aventura de dar la vuelta al mundo en una nave nodriza cruzando los mares de punta a punta podría tratarse de un relato de Julio Verne. Sin embargo, una vez más la realidad supera la ficción. El multicasco francés Energy Observer, propulsado con hidrógeno autogenerado y electricidad captada por placas solares y ventiladores, acumula ya más de 10.000 millas náuticas desde que se lanzara al agua en 2017. Hasta la campaña 2022, la embarcación gala quiere visitar 110 ciudades y más de 50 países como exponente de una nueva era en el transporte marítimo emitiendo cero emisiones de CO2.
Durante sus escalas, el capitán Victorien Erussard y su tripulación de cinco personas, marineros todos con gran experiencia, fomentan la defensa y cuidados de los océanos mostrando la vida a bordo de un barco convertido también en laboratorio flotante de aguas salinas. "A bordo del Energy Observer, necesitamos tanto sol como viento, baterías e hidrógeno. La situación es similar a la que se viviría en tierra firme. Las energías alternativas y los sistemas de almacenaje son un complemento ideal, y debemos aprender a hacer que funcionen juntos. No existe una única solución contra el cambio climático, sino un abanico de posibilidades", destaca Erussard.