Hoy se reúnen en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. Todos entendemos la importancia mayúscula para nuestras vidas de un gran acuerdo conjunto, que lo logren o no, cuál es su alcance, ambición y condiciones... determinará todo nuestro proceso de reconstrucción y el futuro mismo de Europa.
Comprendo que, inmersos como estamos en plena crisis y preocupadísimo por sus consecuencias, todos nuestros interrogantes se centren en el presente. Pero debemos tener en cuenta que es un presente que está mirando atrás, que es esta pregunta tanto cuánto vamos a tardar en volver al punto anterior al coronavirus es decir que nuestro sueño, nuestro dorado es el pasado. Eso es muy humano, pero es muy equivocado. Porque resulta que ese pasado soñado, ese pretérito perfecto, será muy imperfecto si la reconstrucción europea y la española consisten en replicar literalmente nuestro actual modelo de desarrollo; porque tienen que corregirlo. Tiene que sustentarse en el gran acuerdo verde, el Green Deal que, a bombo y platillo, presentó en diciembre pasado
Comprendo que, inmersos como estamos en plena crisis y preocupadísimo por sus consecuencias, todos nuestros interrogantes se centren en el presente. Pero debemos tener en cuenta que es un presente que está mirando atrás, que es esta pregunta tanto cuánto vamos a tardar en volver al punto anterior al coronavirus es decir que nuestro sueño, nuestro dorado es el pasado. Eso es muy humano, pero es muy equivocado. Porque resulta que ese pasado soñado, ese pretérito perfecto, será muy imperfecto si la reconstrucción europea y la española consisten en replicar literalmente nuestro actual modelo de desarrollo; porque tienen que corregirlo. Tiene que sustentarse en el gran acuerdo verde, el Green Deal que, a bombo y platillo, presentó en diciembre pasado