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lunes, 15 de mayo de 2017

Chapo Sr. Presidente de la República Francesa

Resultado de imagen de fotos de macron y la bandera francesa
Ayer todo lo que vi de la toma de la presidencia por Macron me gusto mucho, vi a un hombre humilde y sencillo y un hombre que esta con lo fundamental en este caso, el pueblo francés y creo que con todo el pueblo europeo.
Estoicamente se puso como una sopa primero en carro militar al descubierto, como decimos en la legión a pecho descubierto y luego lo haría en otro coche también al descubierto. Saludo a las autoridades y como no a su gran pueblo que ha elegido a un gran hombre. A su llegada al Elíseo le ofrecieron cubrirle con paraguas lo rechazo y ya lo ultimo que vi de él es subir las escaleras de dos en dos y como broche final el beso que dio a su mujer, inolvidable. Decirles al pueblo francés habéis sabido elegir, os envidio. El mayo del 68 y Macron solo se da en París Francia, para mi la capital sin ninguna duda de Europa. jl

domingo, 14 de mayo de 2017

Emmanuel Macron es investido presidente de Francia

Las cosas claras

Estas palabras de Jesús son muy claras, demuestran su divinidad y su poder, demuestra lo que algunas religiones niegan, que dicen que a Dios nadie lo ha visto, eso es una mentira como una casa, hemos visto y veremos a Jesús lo cual queda muy claro, el que quiera ver que vea y sino que siga ciego. jl

Juan 14:1-12
1 «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.
3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
4 Y adonde yo voy sabéis el camino.»
5 Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
6 Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.
7 Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»
8 Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
9 Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?
10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.
11 Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras.
12 En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre.

La ceremonia de juramento de la Guardia Suiza Pontificia

Nuevos vagones de los Ferrocarriles Federales Suizos

Basilea, una ciudad ideal para vivir

El futuro energético de Suiza

¿Cuánto ganan los profesionales del software?

Yo quiero un Macron para mi patria España

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Hace poco un buen amigo mío me decía que hojala tuviéramos un Macron en España para acabar con los chorizos y yo le dije que al Sr Rajoy no le daba la gana acabar con los corruptos pues se quedaría solo en su partido. jl

sábado, 13 de mayo de 2017

Cuando se funde la cultura arabe y la gitana flamenco 2017

2017.05.13 - Pope Francis in Fatima - Holy Mass and canonization of Jac...

El artista peruano Diego Alcalde con Jordi Batalle en El invitado de RFI

Masha y el Oso - La Dolce Vita! (Trailer)

Los astronautas de la NASA Whitson y Fischer realizan un paseo espacial

viernes, 12 de mayo de 2017

DOMINGO V DE PASCUA. 2017.



Tú y yo nos hemos preguntado a veces por el tipo de cristianos que necesita el siglo XXI. Hechos 6: "Escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra”. Miremos con imaginación, y conscientes de nuestra fragilidad. La Iglesia y la humanidad necesitan gente nueva, de buena fama, no ligada a los grupos de poder corrompidos; gente humilde, valiente, ardorosa y llena de Espíritu¸ hermanos que destilen bondad y desparramen la sabiduría de la humildad; hijos de Dios llenos de la juventud de Cristo, forjados en la meditación y en la sincera espiritualidad; persona probadas en la justicia, en la fraternidad y en el servicio. Mujeres y hombres de comunión, capaces de olvidarse de sí y de embarrarse por amor al hombre, al pobre y a los últimos. 
Algunos nos dirán que somos unos soñadores, y no les faltará razón. ¿A qué nos suenan las palabras del santo Evangelio al proclamarlas en las celebraciones? ¿A qué nos invitan cuando las contrastamos con la triste realidad de algunas parroquias, comunidades, instituciones, o con la vida rutinaria de clérigos, laicos o religiosos? Ojalá que nosotros, cristianos pequeños, seamos capaces de aclarar nuestras aguas tristes y de comenzar a soñar de nuevo junto al Resucitado.
La madre Iglesia requiere nuevos hijos. Pide mujeres y hombres libres, honestos, espontáneos, limpios de corazón, deseosos de que su vida se confunda, en su entrega y servicio, con los amados hijos de Dios que esperan aturdidos, heridos y esparcidos por pueblos, ciudades, extrarradios, arrabales y periferias. No necesita a los interesados que pretendan sacar tajada o lucrarse, ni a esos que aman la buena vida o aspiren a ella. Que no se entremetan los vendedores de humo o los que pretenden imponer un orden o una seguridad, que nada tienen que ver con el Evangelio. Venid, por el contrario, los cansados de este mundo injusto, los que habéis dejado de creer en mentiras. Venid los que apuntáis hacia un mundo donde quiere instalarse la primavera del buen rollo, del amor, de una felicidad pequeña, pero para todos. Venid los que no andáis en mafias o grupos de poder. No hacen bien los aguan la fiesta fraterna de la fe y la vida. Venid los agobiados por sistemas injustos que crean afecciones y desafecciones. Mirad que lo hago todo nuevo. Creed. Confiad. Amad. Servid. Diaconad. Sed madres unos para los otros. Lavaos los pies unos a otros. Cuidaos los unos a los otros.
Pedro 2: "Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo." Estamos llamados a vivir una espiritualidad nueva en este siglo despiadado y loco; y, a la vez, una vida que sea eterna, capaz de destilar la mejor tradición de la historia cristiana, bellamente sugerida y concentrada en el entorno, aún viviente, del Concilio Vaticano II. Es la espiritualidad que ha de sustentar a estas mujeres y hombres necesarios, imprescindibles, que están germinando. Lo caduco es caduco. ‘Vino nuevo en odres nuevos’ es lo que necesita la Iglesia para el gran día, para el nuevo renacer de la fe en el siglo XXI. Hombres y mujeres que anhelen prioritaria y urgentemente la comunión. Entrando como piedras vivas 'en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo'.
Abre el corazón al anhelo de la casa común, compartida por una multitud de hermanos unidos, como una sola familia, en torno al Señor, la piedra viva y rechazada. Andamos necesitados de unidad y de comunión más que de comer. Una Iglesia no diaconal, no humilde servidora y no entrañablemente unida, no sirve para el fin de la reconciliación y la misericordia. La Iglesia, por mandato de Jesús, ha de mantenerse unida, y estrechando cada día más los lazos de unidad con el resto de las Iglesias cristianas. Y así mismo, generosamente abierta al resto de la humanidad que, desde el alma común en la que hemos sido creados, y desde la rica experiencia de caminos religiosos diferentes, nos mantenga unidos en el Padre nuestro, y con un latir común.
Juan 14: "Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." No estamos huérfanos. Somos hijos. No carecemos de identidad. Cristo nos la da. Tenemos en quien mirarnos. Tenemos un modelo a seguir: Cristo Jesús. Él es el camino. Él la meta. Él forma parte de nuestro actuar, de nuestro caminar, de la disciplina de nuestro vivir. Si vivimos, lo hacemos para Él. En Él hemos de movernos. Él es el mar en el que nos bañamos. Ese mar es la Trinidad santa, en la que habitamos y por la que nos sentimos habitados. En la Trinidad encontramos la verdad que nos devuelve un nuevo modo de ser y de vivir. En ella entramos por los sacramentos vivos y por la meditación, que es camino continuado y disciplinado, fundamentado en el nombre de Jesús.
Ella, Yolanda, es una mujer joven y frágil. Madre de tres hijos pequeños. Trabaja en una empresa. Y su marido la ha abandonado para irse con otra. Pero ella no se separa ni de día ni de noche del Nombre de Jesús. Lo repite, y cada vez que siente perderse, se torna a Él y se deja arrullar. Se mantiene en Él. Sirve a los pobres en Cáritas con sensibilidad extrema. Medita por la mañana y por la noche. Cuida a sus hijos con esmero. Tiene tiempo para los amigos con quien gusta compartir. No pierde los encuentros de su comunidad. Sus hijos siempre la acompañan. Siente en sus venas el anhelo de la comunión. No se deja arrastrar por el desaliento ni los desprecios. Es una de esas cristianas que están alumbrando el siglo XXI. Dios bendiga a tantas mujeres admirables y creyentes. Y haga florecer su Iglesia con semejantes ‘cristianos-luz’.
Antonio García Rubio. Es párroco de Nuestra Señora del Pilar en Madrid.