
En lo más profundo de una bóveda secreta en Londres hay algo que muy pocas personas en el mundo llegan a ver: mil millones de libras esterlinas en efectivo. A ese lugar, al final de cada día, llega el dinero de los comercios de todo el país. A la mañana siguiente, sale para depositarse en cajeros automáticos. Hay quienes creen que en tan solo 10 años que ese lugar no existirá. En 2015, en Reino Unido, los pagos con tarjeta superaron al efectivo por primera vez. Otros países van más lejos.
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