
"Un bosque tropical en el fondo del mar". Así es como el biólogo João Luiz Gasparini describe la cordillera sumergida en la costa del estado de Espíritu Santo, en el sureste de Brasil, que pronto podrá convertirse en una de las mayores reservas marinas del mundo. Dueña de la mayor variedad de especies que viven en arrecifes de todas las islas brasileñas, la cadena está compuesta por unos 30 montes submarinos de origen volcánico que se extienden entre la ciudad de Victoria y la Isla de Trinidad, ubicada a 1.200 kilómetros del continente. El inesperado arrecife de coral de 1.000 kilómetros descubierto en la boca del Amazonas
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