Cuando llegó la noticia a finales de la pasada semana, gran parte de Estados Unidos entró en shock.
La jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, de 85 años, había sido hospitalizada.
Según aclaró su oficina poco después, RBG, como se le conoce popularmente, se había caído en su oficina y fracturado tres costillas.
La reacción de la parte más liberal del país fue una mezcla instantánea de buenos deseos y un pavor apenas reprimido.
"#RuthBaderGinsburg ¡NO TE ATREVAS A MORIRTE, TE NECESITAMOS!" escribió una usuaria de Twitter.
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