China, Estados Unidos y Rusia están en plena carrera armamentística.
En los últimos años, Pekín ha ido tomando la delantera en algunos campos gracias a la modernización de su ejército.
Esto ha provocado que Estados Unidos dejara de compararse con Rusia para hacerlo con China en ciertos aspectos, advertía el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en un informe del año pasado.
Convertir al país en una potencia militar de primera línea ha sido uno de los grandes objetivos del actual presidente chino, Xi Jinping, que impulsó la reforma de las fuerzas armadas tras su toma de posesión en 2013.
Parte de la inversión del país asiático recae en la alta tecnología, un campo donde se encuentran sus "ventajas" más destacadas.
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