Como astrónomo, no hay mejor sensación que ver la luz con un nuevo instrumento o telescopio. Se trata de la culminación de años de preparación y construcción de un nuevo equipo que, por primera vez, recoge partículas de luz de un objeto astronómico. Esta situación suele ir seguida de un suspiro de alivio y, después, de la emoción por todos los nuevos avances científicos que ahora son posibles.
El 22 de octubre, DESI (siglas en inglés de Instrumento Espectroscópico para la Energía Oscura) en el telescopio Mayall de Arizona, EE.UU., consiguió su primera luz. Supone un gran salto en lo que respecta a nuestra capacidad para medir las distancias de las galaxias, ya que permite inaugurar una nueva era de mapeo de las estructuras del universo. Como su nombre indica, también puede ser clave para resolver una de las cuestiones más importantes de la física: ¿cuál es la misteriosa fuerza a la que denominamos “energía oscura” y que constituye el 70 % del universo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario