Ayer se filtró la intención del Gobierno de fijar un impuesto especial a las grandes fortunas, un gravamen a patrimonios superiores a un millón de euros. No sé si es algo decidido o es un globo sonda. No entro a juzgar si es una buena o una mala idea, porque lo que quería destacar es que la reacción de protesta de los sectores más afectados, protesta perfectamente normal, venía acompañada de argumentaciones ideológicas que ahora mismo no están vigentes.
Lo mismo cabe decir de los que andan frunciendo el ceño neoliberal ante el ingreso mínimo vital que está previsto que apruebe el Consejo de Ministros el próximo martes. Y cuando digo que estas argumentaciones no tienen valor, es porque la emergencia ha puesto patas arriba todos los axiomas. Anteayer, como ya había anunciado Bruselas, autorizó a los estados europeos a entrar en el capital de las empresas grandes o pequeñas cotizadas o sin cotizar que se consideren estratégicas, esenciales, e
Lo mismo cabe decir de los que andan frunciendo el ceño neoliberal ante el ingreso mínimo vital que está previsto que apruebe el Consejo de Ministros el próximo martes. Y cuando digo que estas argumentaciones no tienen valor, es porque la emergencia ha puesto patas arriba todos los axiomas. Anteayer, como ya había anunciado Bruselas, autorizó a los estados europeos a entrar en el capital de las empresas grandes o pequeñas cotizadas o sin cotizar que se consideren estratégicas, esenciales, e
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