Esta no es una "rentrée" normal en Francia, reinicio de curso escolar y vuelta al trabajo, quizás más bien la más anómala de la historia. Mascarilla en colegios y empresas, test masivos, miedo a una segunda ola de contagios e intento de autoridades de relanzar la economía del país. Esta semana se ha presentado el plan del gobierno en este sentido tras un verano en el que no han parado las llamadas de alerta por parte del primer ministro, Jean Castex, ante el aumento de contagios y la circulación activa del virus en ciudades como París y Marsella.
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