1. BUSCA EL REVÉS DE LO IMPOSIBLE.
Busca el revés de los imposibles con los que te tropiezas cada día. No malgastes una sola gota de tu sudor en quejas o lamentos egoístas. Yo he perdido bastante tiempo es esa actividad inútil a lo largo de los días de mi vida, y doy fe de que sólo se saca dolor de cabeza, o aún peor, dolores intensos, melancolía y asperezas en el alma. Oí decir en algún momento que el alma no dolía, pero mirando los ojos rojizos, hirientes y traumados de tantos hermanos sufrientes y decadentes, rebozados en rabia e impotencia por la injusticia y la ausencia de luz en sus vidas, he llegado a la conclusión de que el alma duele, y que si nos despistamos en exceso, y no miramos con compasión y decisión, puede que tanto dolor reprimido en el alma haga arder al mundo. Hemos de arriesgarnos creativa y pacientemente a investigar en vías poco comunes, y en tratar de hallar el revés de los imposibles. El caso de Abraham es significativo. El que busca el revés ha de cuidar una mirada generosa y de hondura. Ha de vencer a las prisas y obedecer en secreto. No importa intentar locuras de amor. Espera activo y creativo, sin mezcla de mal, hasta el final. Date tiempo. Sé generoso. Al final Abraham, tras arriesgar obedeciendo en lo imposible, encontró la bendición en el revés de lo imposible, o de lo absurdo, de aquello por lo que nadie da un céntimo. Génesis 22: "Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido". "Siempre hay un roto para un descosido", este es un refrán de nuestra lengua que significa, de un modo optimista, que siempre hay solución adecuada para cualquier problema. En lugar de maldecir y quejarte, busca la solución. Investiga en el revés de las cosas o personas. No te canses.
2. ESPERA HASTA QUE SE TE AGOTE EL ALIENTO.
Marcos 9: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos". Es Jesús el que impone el secreto en el corazón de Pedro, Juan y Santiago. Lo más importante de todo lo que les había sucedido, contemplar la Transfiguración de Jesús en lo alto del monte, aquello que todos querríamos vivir para poder contarlo, aunque fuera en Telecinco, resulta convertirse en el secreto que ha de ser mejor guardado. Jesús les impone silencio a los tres. Y no un silencio de unos días. Será un silencio sólo roto cuando suceda lo aparentemente imposible. Jesús es increíble. La paciencia y los ritmos de Dios, también. A nosotros se nos va la fuerza por la boca. A mí más que a vosotros. ¿Qué secreto estoy o estás guardando tú ahora? El otro día escribía a una amiga mayor y cansada algo que ahora retoco para ti: "Oh, hermana, ten paz, espera, calla, contempla, aquiétate en silencio, abre la ventana. Mira las plantas, las flores, los niños traviesos, el amanecer, las nubes que trotan, las manos rugosas, el viento susurrante, los mirlos, la luna... ¿Qué ves? ¿Qué intuye tu mirada? ¿Qué secreto se te da a conocer? ¿Qué luz te alimenta el alma y la esperanza? ¿Qué secreto se te revela y manifiesta? Guárdalo. Da gracias. Todo ha sido y es preparado y precioso para ti. Los pequeños detalles de la vida, el pequeño regalo y desvelamiento de la fe, el misterio del amor percibido que todo lo envuelve. Confía. Guarda en el alma. Absorbe su perfume. Sé fiel. No tires a los puercos las perlas. Espera el momento. Trabaja por dentro. Hasta que se te agote el aliento. Y cuando te lo indiquen, canta tu canto con voz firme. No tengas prisas. No hables por hablar. No digas sin saber. No hables de oídas. Sólo Dios. Sólo el amor. Salmo 115: "Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo".
3. CAMBIA EL PASO. SORPRENDE A TU GENTE.
Estamos en Cuaresma. La Iglesia entera, víctima de tantos desamores históricos y de las crisis profundas del mundo, con el que ella padece, está haciendo un esfuerzo tiránico por gestar en su interior un amanecer deslumbrante. "Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro". Algunos creen que eso no es posible. Que la Iglesia es una institución vieja y acabada, que sus nuevos miembros son antiguos y pasados de moda y de rosca, que su doctrina ya no encaja... Pero, se olvidan de su ser. Muchos ni siquiera saben cuál es, ni qué es. Pero tú y yo, cuando oímos a Pablo decir en Romanos 8: "Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?", sabemos de qué estamos hablando, conocemos un poquito y en secreto cuál es el don, el sentido, lo tapado, el poder que nos ha sido concedido. A veces ni siquiera lo conocemos algunos de nosotros. Pero tú y yo sabemos que, en cualquier momento, un golpe de gracia puede ponernos a muchos en el camino del que resucitó de entre los muertos. Es Cuaresmo. Vamos subiendo por la senda que nos desvela el secreto mejor guardado. No lo eches a perder. Sé fiel. Espera en el Señor. Mantente activo. Sé humilde. Escucha a los que no ven las cosas de Dios, y tampoco perciben el don que esconden las mujeres y los hombres como tú. Escucha con amor. Mira la verdad, detente en la búsqueda del don escondido en cada hermano. Déjate sorprender por la gracia que nos habita, que te habita. Sé valiente, ten ánimo, confía en el Señor.
Antonio García Rubio.
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