LA ESCLAVITUD QUE NI CEJA NI ACABA
La vida continúa ofreciendo una esclavitud real en muchos países, sistemas y pueblos, donde se siguen manteniendo máscaras de libertad. Y si nos ponemos un poco dramáticos, hasta podríamos decir que en los mismos países llamados democráticos, también se abusa de diversos modos de esclavitud, y se permite. El mismo sistema económico que sustenta las libertades democráticas, permite millones de parados, de trabajadores con sueldos de penuria, y de sistemas opresivos de publicidad, cultura, vida o economía que fomentan la exclusión, los hábitos no saludables, y situaciones de vida que rayan la esclavitud. 2 Crónicas 36: "A los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas". El pueblo de Israel, encontró, tras años y años de esclavitud, el camino de la libertad. ¿Cuándo llegará, a este mundo permanentemente amenazado por grupos de poder opresivo, la ansiada libertad de los hijos de Dios? Esta es una pregunta recurrente cada vez que vemos esta generación de jóvenes preparados que no encuentran trabajo, o de jóvenes inmigrantes que llegan de países lejanos y que se ven excluidos o vejados. En medio de esta situación, la alegría de la libertad, ligada a la cruz de los maltratados, aparece en la eucaristía del cuarto domingo de cuaresma de la mano de Cristo. Es el domingo de Laetare. Alégrate. Alegrémonos todos en el Señor.
ESTAS LÁGRIMAS Y LAS QUE RESTAN POR SER DERRAMADAS NOS UNIRÁN
Siempre hemos visto que las lágrimas han acabado dando frutos culturales, musicales, artísticos, creativos, ingeniosos, plausibles. Salmo 136: "Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras". Vuelve a poner tus manos en la cítara y vuelve a cantar el amor, la esperanza, el pan y la libertad para los pobres, los oprimidos, los cansados de corrupción, y tantos nuevos esclavos en el siglo XXI. Tu canto, y el canto de los discípulos de Jesús, teniendo en cuenta las lágrimas derramadas por tantos hermanos y hermanas maltratadas, y las lágrimas que iremos derramando juntos en los tiempos venideros, no puede ser otro que el de la esperanza común, y el de los caminos de paz para lograrla. Es tiempo de huir de protagonismos. Es tiempo de unir voluntades por encima de ideologías, engaños generalizados, autoengaños, discordias estériles, individualismo cabezón, vanidades arbitrarias, o egos cansinos. Es tiempo de entrelazar voluntades, de dialogar con paz y misericordia, de compartir lágrimas y penas, de despabilar mentes y corazones, de rearmarlos por dentro, de crear lazos de pueblo, de aumentar la percepción de comunión entre los forman el sólo Cuerpo de Cristo. Efesios, 2: "Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe, que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos obra suya. Nos han creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos". Es tiempo de hacer obras auténticas entre nosotros, de comprensión y comunión, de cercanía y empatía, de buen hacer y sabiduría, de ‘todos a una’ y crecimiento en fraternidad, de cuidado extremo de los pequeños, los frágiles, los pobres, los inocentes. Este tiempo está llamado a ser un tiempo de gracia, que nos permitirá comprendernos y amarnos sin ocultar nuestras fragilidades, sin dejar de compartir nuestras lágrimas. Por eso hoy, lo festejamos desde el realismo del amor de Cristo, que se nos da para ser libres, aunque sacudidaos y rodeados de esclavitudes a vencer. Alegrémonos. Alégrate.
EL AMOR AUTÉNTICO MANA EN LA FUENTE DE LA QUE CADA UNO ES UN CAÑO
Has de encontrar la certeza de esta fuente y no dejar que se te evapore esa Agua nunca, ni en los peores momentos de tu vida: Tú mereces la Vida nueva que brota del Amor de Cristo, entregado en la Cruz, para que todos tengan vida y vida eterna, nueva, limpia, renacida, salvada, liberada, en la que la libertad de amar sea reconquistada. Él te ha constituido por su sangre en hombre y mujer libre. Todos igualmente importantes. Todos necesarios. Todos merecedores de vivir una vida de hombres y mujeres libres. Todos igualmente salvados. Todos hijos. Todos amados. Todos capaces de dar Agua Viva. Todos para vivir un presente eterno, fraterno, en comunión, lleno de luz. Es tiempo de empezar a serlo ya, aquí y ahora. Que nadie perezca definitivamente. Que nadie quede excluido de la vida digna, libre, y abierta a la eternidad. Juan 13: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él". En este tiempo de Cuaresma, relee los discursos del Papa Francisco en su increíble viaje a Irak. Él es verdaderamente único en el mundo. Y es un don incomparable en este momento de penuria política, social y cultural. Su llegada favorece la comprensión, la unidad, la oportunidad para todos los hombres de vivir en paz, en armonía, en crecimiento y en libertad en medio de sus respetables diferencias. Todos distintos, pero todos iguales, y convocados a vivir fraternalmente en la misma casa común, la del Amor.
Vacíate para ti, para llenarte de la alegría de Cristo Jesús, y ser un caño de Agua Viva para el mundo. Alégrate. Domingo de Laetare, domingo de la alegría cuaresmal, del anuncio gozoso de la Pascua que llega.
Antonio García Rubio.
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