DIOS SE FIJA EN LOS ÁRBOLES HUMILDES. Muchas veces caes, incluso escuchando la Palabra de Dios, en las vanas y prepotentes torpezas de tu ego. La atención en el humilde que vive en ti ha de ser lo primero, con el fin de que no ofendas a los pequeños, ni aparecas como un privilegiado de Dios, que no eres. Las palabras u obras pretenciosas, frutos de tu mente engreída, que se cree elegida para actuar o hablar en nombre de Dios, ese modo de vivir, hablar y actuar tuyo, tirando de oficio, es lo contrario a lo que Dios quiere. ¿Un guía ciego? Ezequiel 17: "Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos". La Palabra te permite hoy entrever, por encima de tu altura artificial, mentirosa, que el Señor humilla a los árboles altos y ensalza a los humildes. La humilde María es la más bella imagen de la elección divina. También es un icono clásico de esta elección el hijo rebelde de Pedro Bernardone, el humilde Francisco, que se desnudó ante su Obispo y su padre, tras tirar sus riquezas por la ventana de su casa, y dárselas a los pobres. Dios se fija en los árboles humildes, para dejarse ver en la oscuridad de la vida de los excluidos, apestados y marginados.
ELEGIDO PARA SER UN HUMILDE TESTIGO DE LA LUZ. Al tener miedo de la oscuridad y la noche, y refugiarte en la seguridad luminosa de las instituciones, pierdes de vista que Dios está donde nunca ha dejado de estar, entre los sumergidos en la noche del pecado, el dolor o el sufrimiento oscuro del ‘no ver’. 2 Corintios 5: "Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe". Esta es tu condición, según Pablo: vivir en el cuerpo, desterrado, y lejos de Señor. En la oscuridad de la fe. No te muestres excesivamente vidente, seguro, milagrero, o severo con el que no ve, y al que quieres convencer con palabrería. De ese modo estarás tocando el 'violón', y lejos del corazón de los pequeños a los que Cristo se revela. Lejos del corazón de Cristo. Eres hijo de la luz, pero vives anclado en la oscuridad de este mundo y sus pobrezas. Elegido para ser un humilde testigo de la luz, como Cristo. Igual a Cristo, que aprendió sufriendo en la oscuridad de la cruz y la incomprensión a obedecer; igual que los parados a la fuerza, los indigentes, los violentados, encarcelados, abusados, desterrados, hambrientos, los enfermos terminales y los obligados a abandonar sus patrias y a su gente.
CRECERÁS EN MEDIO DE LA NOCHE SIN QUE SEPAS CÓMO. Si vives de la fe, vives en la oscuridad. Si vives con la sola fe, la sola confianza en medio de la noche, aprenderás del Amigo y Padre Dios, que te hablará al corazón sin que sepas cómo, como dice Marcos 4, al hablar del Reino de Dios: "Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo". Dios actúa por encima de tus ocupaciones o despreocupaciones. Va por delante de tus desvelos, y detrás de ti cubriéndote la espalda. Si vives de la fe, también comprenderás, la comparación sobre la vida de los humildes que confían y se entregan al Reino. Jesús lo compara "con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse". Dios te ama porque eres como un niño, pequeño, sencillo, humilde, pecador, pobre, inútil... Cada uno, en su Reino, es una semilla diminuta pero llena de novedad, luz, fraternidad, belleza, Caridad, creatividad. Cree, ora, adora, confía en Jesús. Déjale vía libre para, unido a Él, dar fruto abundante de paz, de bien, de justicia, de concordia. Salmo 91: "En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad". ¿Por qué muchos se desfondan a la primera de turno y otros, por el contrario, son como las pilas esas que duran? Hay gente que lucha toda la vida, esa es la importante, decía Bertolt Brecht. Si acoges al Señor, Él se hace eterno en tu vida, en tus acciones y palabras, y en tu vejez te mantendrá lozano y frondoso. Vive el Reino y lo demás se te dará por añadidura
ACUERPAR, es una palabra nueva. Parece honda, digna, expresiva. Significa algo así como poner el cuerpo en lugar del otro, ABRAZAR, abrir los brazos y rodear con ellos al otro, como el Padre del Hijo Pródigo. Y también dar la cara por otra persona frágil; poner tu cuerpo por delante para defender al débil. Precioso. El que vive para el Reino, acuerpa a sus hermanos, y hace cuerpo con ellos. Este sábado se bautizan y confirman 13 jóvenes adultos. Muchos vienen de la increencia. El Espíritu los ha traído hasta la comunidad cristiana de la Unidad Pastoral del Gran San Blas, de su CUERPO, de su Iglesia. Les ha llamado en momentos graves y muy complejos de sus vidas. Y ellos se han dejado seducir por Él. Y sus vidas se han visto transformadas, sin que sepan cómo. Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir. Pongamos el cuerpo por ellos, y abracémoslos y acojámoslos en el Cuerpo que somos.
Antonio García Rubio.
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