ORIENTA TU CORAZÓN DE DISCÍPULO. Si observas con fe y serenidad la pesadez de la vida, sus desvaríos, desavenencias, obstrucciones, y la demencia que conmociona el presente, acabarás sintiendo como te llevan tu mente y tu corazón a ser un discípulo de Jesús. Lo harás como la más noble salida, aquella que te conduce a la contemplación y la acción ante el misterio de Dios y del hombre. Un misterio que se desvelará en tu íntimidad, en tu cuarto interior, en la centralidad de tu vida, de toda vida, de tantas vidas sufrientes y crucificadas, sedientas de paz, de amor y de inmortalidad; sedientas de Dios. Sabiduría 1: "Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo"
ES ÉL QUIÉN NOS SEDUCE. La vida se debate y se forja en el entorno de graves dificultades, contradicciones y peligros. Salmo 29: "Su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. Escúchame, Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas". En esa carga de negatividad, que se te convierte en un fardo insoportable o imposible de llevar, te aparecerá risueña la otra cara de la moneda. Y en ella te deslumbrará el don, la gracia, la bondad, el júbilo, el canto, la poesía, la iluminación, la belleza, la comunión, la amistad, la familia, la alegría, la fraternidad, la danza, la liberación. Este deslumbre, vital y cautivador, se le presenta a un discípulo como tú con el poder de una seducción amorosa y eterna, que disminuirá la vibración de tu cólera, tu llanto, el luto de tus duelos, tus aprietos y las desconsideraciones que encuentras en el camino.
LO DISOLUTO CAERÁ. CON ÉL NACE UN TIEMPO NUEVO. Jesús, rico y amado, por su encarnación se hizo uno más entre los hombres, un pobre más. Y lo cambió todo, dio la vuelta a la historia, y orientó tu historia, y la historia trágica de la humanidad, en la dirección del Reino de Dios. Un reino capaz de transformar las personas y dar paso a una humanidad nueva. Un reino capaz de liberarnos de los prejuicios del pasado, y abierto a un nuevo tiempo de paz, de igualdad, de reconciliación, de espiritualidad y de abundancia. Corintios 8: "Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. Pues no se trata de aliviar a otros, pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar”. Los viejos imperios, nacidos de los grandes egos orgullosos, aguerridos, disolutos, clasistas, e insensibles ante la necesaria dignidad de los hijos de Dios, irán cayendo uno a uno, entre violencias brutales, e irán dando paso a una humanidad nueva, que con la gracia de Dios, se irá haciendo posible de modo pacífico, creativo, inclusivo y general. Todos con todos, para todos, entre todos. Aparecerá el nuevo cielo y la nueva tierra, pergeñados en el Apocalipsis. Jesucristo va por delante. Y con tal Señor, todo se torna posible. “Lo imposible para los hombres es posible para Dios”. Dice la Escritura: "Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba".
TODO SE RENUEVA DE SU MANO. El Evangelio de Marcos es una fuente permanente de agua viva, de luz sanadora, de vida nueva, de anuncio de la llegada del nuevo reino de Dios. Un reino que aparece en gestos liberadores, como el de la hemorroisa, que sana radicalmente mediante un tacto de fe, o como el de la niña a la que Jesús levanta de la muerte. Marcos 5: "La cogió de la mano y le dijo: Contigo hablo, niña, levántate. La niña se puso en pie y echó a andar; tenía doce años. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña." Estas palabras del Evangelio invitan a revisar la vida, la comunidad, o el barrio, sometidos a oscuras noches, a desgracias sin fin, a enfermedades, a muertes o a injusticias atroces. En la centralidad de tu ser orante, de tu vida fraterna y cotidiana, de tu entrega, encontrarás gestos vivos, cercanos, de diversidad aceptada y compartida, luminosos en su sencillez, de personas que se levantan del mal, hermanos que vuelven a una vida digna, que son tocados por Jesús y retornan a la fe, resucitados que renacen desde historias de muerte. Mira, desvela, presta atención. Verás las maravillas que Dios sigue haciendo posible en esta historia de historias. Aunque en momentos sólo veas sombras, no olvides que todo camina hacia el amor. Confía. Adéntrate en el amor de Dios.
Antonio García Rubio.
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