JESÚS. "Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante". "Encontraréis a un niño en un pesebre." "Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres". "En la ciudad de Belén hoy nos ha nacido el Salvador". Feliz día de la Natividad del Señor para todos, amigos y hermanos. Hoy, sal a pasear por el jardín, cuando caiga la tarde. Contempla la desnudez esmerada de la naturaleza. Desnúdate tú también con ella, y deja que alimente la tierra todo lo que te sobra, te duele, te pesa, y es pasajero. Despréndete con ganas de todo ello. Confía del modo como lo han hecho los árboles de tu ciudad. Esa novedad en ti, te dará la posibilidad de abrir unos ojos limpios, sanados, nuevos. Acércate entonces a la madre pobre, peregrina, inmigrante, envuelta en su joven belleza, que, junto a su esposo, despierto y servicial, te muestran el único y gran tesoro que contienen: un Niño indefenso. Y ahí, quieto, mira en silencio lo que se te dé a contemplar. Deja que aflore, entre tu ternura despierta y tus lágrimas, el asombro, la flor del Misterio, la perla escondida, la mirada de amor incondicional y entregado por ti y por la humanidad del Dios oculto o desconocido, quizá abandonado. Mantén cuanto puedas la quietud. Déjate sorprender. Ten paz.
Feliz Navidad.
Antonio.
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