"Ya voy a abrir la escotilla", dice Richard Smith, encorvado en la taquilla de "The Monument" (El Monumento), uno de tantos sitios históricos que constituyen atracciones turísticas de la capital británica. Pero esta columna de piedra de 61 metros de alto, decorada con dragones y coronada por una urna resplandeciente con forma de fuego que recuerda el Gran Incendio de Londres de 1666, esconde secretos insospechados para turistas y locales por igual.
El púlpito de la mezquita donde el imán Abdelbaki Es Satty predicaba en Ripoll, al norte de Barcelona, España, 19 de Agosto.REUTERS/Susana Vera
Abdelbaki Es Satty, marroquí de 45 años, es considerado como el cerebro de la célula yihadista de 12 personas que hace poco más de una semana atentó en Cataluña.
Por Clara Carreira
El imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, sería posiblemente la persona que radicalizó a los participantes del ataque del jueves pasado en Barcelona, cinco de los cuáles murieron en los enfrentamientos de Cambrils. Los muchachos fueron radicalizados por el imán en la secta Takfir Wal Hijra, en español “Anatema y exilio”, una corriente de difícil detección por su secretismo. Los takfires son la rama más radical del fundamentalismo y una de las más peligrosas a causa de su invisibilidad, debido a que pueden romper las normas que siguen las corrientes yihadistas –como por ejemplo no comer cerdo- para no ser descubiertos fácilmente. Acusado de tráfico de drogas, Es Satty pasó cuatro años en la cárcel (2010-2014), dos de ellos en Castellón, donde estableció contacto con Rachid Aglif, en prisión por los atentados del 11M en Madrid. El imán llegó a la localidad catalana de Ripoll en 2015, y las personas que acudían a su mezquita nunca vieron en él ni en sus discursos señales de su ideología salafista radical. En 2016 Es Satty pasó tres meses –de enero a marzo- en Vilvoorde, Bélgica, donde solicitó que le contratasen como imán. Esta petición fue rechazada a causa de sus ideas extremistas y de su negativa a entregar sus antecedentes penales, lo que provocó la sospecha de las autoridades. Ese mismo año la policía belga se dirigió a la policía catalana para advertirle de la posible radicalización del imán. Las autoridades investigan ahora si es posible que este contactase con otros radicales cuando estuvo en Bélgica. En los últimos dos meses el imán había desaparecido sin dar explicaciones, por lo que una de las principales hipótesis es que este habría ido a la casa de Alcanar para planear un atentado con bombas –donde falleció a causa de la explosión accidental de estas- que tenía como objetivo inicial atacar los monumentos e iglesias de Barcelona. Anteriormente había recibido una orden de expulsión de España -que sin embargo fue suspendida por un juez de lo Contencioso- y se le ha vinculado con la presunta célula yihadista de Vilanova i la Geltrú, en Barcelona, detenida en 2006 en una operación antiterrorista.