El submarino U-966 Gut Holz, que significa literalmente buena madera, se hundió en noviembre de 1943 tras un ataque aéreo de las fuerzas aliadas.
La nave, de casi 70 metros de eslora, sufrió daños graves por el bombardeo enemigo y la tripulación decidió hacerlo explotar con bombas de relojería antes de abandonar el barco.
Ocho tripulantes alemanes murieron pero el resto de la tripulación de 52 personas consiguió llegar a tierra firme.
Tras varios años de búsqueda en una zona de muy difícil acceso por las condiciones del mar, el clima y el fondo marino, que es muy rocoso, tres submarinistas gallegos lograron ubicar por primera vez los restos de ese buque de guerra nazi hundido hace 75 años.