
Un invento revolucionario que podría haber hecho al mundo más seguro. Así fue definido el starlite, un material resistente al fuego y las altas temperaturas, cuya fórmula se desconoce. Fue el británico Maurice Ward, un expeluquero y científico aficionado, quien comenzó a darle forma a la idea a mediados de los 80. Todo comenzó con un intento fallido de Ward de producir capós plásticos para la firma Citröen. Las piezas fueron granuladas y estuvieron depositadas en un cesto de basura hasta que en 1985 un avión se incendió en un despegue fallido en Manchester. El siniestro que se cobró la vida de medio centenar de personas despertó su interés y se propuso crear un material resistente al fuego y a las altas temperaturas.
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