
Casi perpetuamente envuelta en nubes, la montaña más alta de Brasil, Pico da Neblina, se eleva 2.995 metros sobre la selva amazónica. Desde 2003 este parque nacional que se extiende por la densa selva está cerrado a los visitantes, una decisión tomada por el fracaso de proyectos turísticos y actividades mineras que infringieron los derechos del pueblo indígena yanomami. En noviembre de 2017, las autoridades indígenas y el ejército otorgaron un raro acceso a un equipo de destacados científicos brasileños para embarcarse en una expedición a la región. "Visitar este lugar es como dar un paso 1.000 años atrás", dice Miguel Trefaut Rodrigues, quien lideró el equipo de 12 científicos de la Universidad de San Pablo especializados en reptiles, anfibios, pájaros, pequeños mamíferos y plantas.
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