Los monasterios en las montañas de Sansa, en la región meridional de Corea del Sur, han estado operando como centros religiosos desde el siglo VII.
Los siete templos contienen patios abiertos con salas de conferencias, pabellones y adornadas salas con figuras de Buda.
Son, en criterio de la Unesco, "lugares sagrados que han sobrevivido como centros vivos de fe y práctica religiosa diaria hasta el presente".
No hay comentarios:
Publicar un comentario