
A principios de junio de este mismo año, la comunidad internacional de astrónomos se veía sacudida por una noticia inesperada: la detección de una galaxia, la primera, sin materia oscura. Su nombre es DF2 y se encuentra a 65 millones de años luz de la Tierra. Su sola presencia fue todo un desafío, algo así como encontrarse de frente con un adulto que no ha pasado por la niñez.
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