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domingo, 16 de abril de 2017

EE.UU. "trabaja con China"

Roger Whittaker - Durham town (HQ)

Lionel Richie - Truly

16.04.2017 Santa Misa de Pascua y Mensaje Pascual y Bendición Urbi et Orbi

DOMINGO DE RESURRECCIÒN. 2017

FELIZ PASCUA DE RESURECCIÓN PARA TODOS.
jl
Hallelujah! - G. F. Händel - Musica Sacra Lockenhaus

Resurrección: Ana acaba de ver nacer a su hijo; su llanto le sonó a sinfonía de Vida Nueva. Alegría. Aurelio tiene un contrato tras dos años sin trabajo. Su rostro iluminado es un poema de felicidad. Aleluya. La familia de Gema soñaba con tener su casa y al fin tiene un contrato de alquiler. Se inicia su nueva vida. Alegría. Jorge, autista, ha comenzado a despertar con nuevas técnicas. La cara de sus padres, pura gloria. Aleluya. Ricardo ha despertado de un coma profundo de meses. Ha vuelto y la familia baila de gozo. Alegría. Daniela, niña gitana, se siente acogida, integrada y participativa en su nueva familia. Parecía imposible, pero es. Aleluya.
Y llegamos a la mañana del domingo, del día del Señor. La Iglesia desborda de gozo con la insólita noticia que rompe esquemas. Si el paso de Jesús por la cruz nos dejó desmoronados y sin aliento, la noticia de su resurrección nos deja atónitos, nos noquea el ego, lo desbloquea, y ya, apartados los pensamientos del hombre viejo, nos pone en camino del gran objetivo: volver a nacer. La resurrección nos coloca al borde de un despeñadero sin precedentes, en el umbral del nacimiento de un hombre nuevo, de un modo diferente de concebir y vivir la vida humana en comunión con Cristo y los hermanos. Y desde este contexto revolucionario s valoramos lo que va a suceder a continuación y nos narra el Evangelio: la locura de Pedro, que se tira desnudo al agua, se baña y empieza de nuevo: vuelve a empezar desde el perdón y el amor renovado, "Pedro, ¿me amas?"; la visión de Juan al que se le despiertan unos ojos nuevos, necesarios para el renacido modo de ser y de vivir que surge del encuentro con el Resucitado: "Es el Señor", dice; el desgarro de Magdalena, que desea asirse y agarrarse, y descubre un nuevo modo de relación de amor y de presencia: "No me toques, sé mi testigo: anda y dile a mis hermanos"; el descontrol del tozudo Tomás, -ver para creer-, que pide respuestas probadas y adquiere una certeza novedosa, sin preguntas, y con una entrega incondicional: "Señor mío y Dios mío".
Getsemaní nos descolocó y nos hundió con Jesús en el otro abismo, en el de las eternas tentaciones del hombre: el poder, el dinero, la fama. Con ellas, Jesús empezó su vida pública; y ellas vuelven a despertarse con fuerza en esa noche. "Qué pase de mí este cáliz", dice Jesús, tentado de abandono. Pero, en ese contexto, en Getsemaní, misteriosamente, Jesús pronuncia la que será una frase central del Evangelio, la que nos cambiará y descolocará, la que pondrá patas arriba el esfuerzo y el desvelo de los pensamientos y las ambiciones del hombre para llegar a la cima de la felicidad: "PADRE, QUE NO SE HAGA MI VOLUNTAD SINO LA TUYA". A partir de esa determinación, la historia cambia y toma el rumbo de Dios. "Vuestros pensamientos no son mis pensamientos, vuestros planes no son mis planes". La decisión de Jesús, dentro del eterno silencio de Dios, será ya irrevocable y permitirá abrir en verdad las PUERTAS CERRADAS DEL PARAÍSO. El hombre pecador, por la muerte aceptada por Jesús, se ve emplazado en la puerta del Paraíso: "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso". Todo se ha cumplido. Ha comenzado lo NUEVO.
El cristiano nacido en la Pascua, ha entrado en la Vida nueva por el bautismo, y la muerte del hombre viejo asumida y aceptada con libertad. Si en verdad quieres ser cristiano comienza cada día desde Getsemaní. Ahí, tentado, acepta incondicionalmente la voluntad de Dios; renuncia a los criterios engañosos del poder, el dinero y la fama; y bebe el cáliz del Señor. Ese es el inicio, la puerta para entrar en la Vida y salir victorioso, resucitado. Alégrate y gózate en el Señor. Es Él el que te ha abierto la puerta; y ha transformado tu puerta oscura y estrecha en puerta de luz, de renovada e iluminada amistad, con la voluntad, los sentimientos y los pensamientos de Cristo. Lo nuevo ha comenzado. Ya sabes el camino. Sólo tú, con la ayuda incomparable del Espíritu de Jesús, podrás decidir uno de los dos caminos a recorrer: o el de tu voluntad y tus pensamientos, o el de la voluntad de tu Padre. Elige la vida y vivirás. Pero sólo lo sabrás y conocerás si te atreves a confiar en Él.
Noche santa. Día santo. Noche silenciosa, secreta y llena de luz. Noche para los que cultivan unos ojos nuevos. Día para los que se lanzan al agua de la renovación y refrescan su alma con una paz sin límites. Día santo en el que renace el Amor como fundamento y cohesión. Alegría. Luz de la vida. Novedad y estreno de nuevos pensamientos y sentimientos. Hemos sido convocados a entrar, a participar. Él ha abierto para todos los hombres la puerta que permanecía cerrada. Sólo los que se excluyen no la conocen. Pero, se les abrirá.
El gran enemigo, la muerte, ha sido vencido en Getsemaní. Y rematado en el Gólgota. ¿Dónde está la muerte? No está. No es. Era un espejismo. En realidad sólo hay Vida abundante. La muerte no es más que la última puerta, la que se estrecha del todo, como te sucedió al principio, al salir del útero materno, y aterrizar sin conciencia en esta VIDA ansiada, en esta felicidad tantas veces buscada sin éxito; y que, al final, se te desvela gracias al muy rudo y avasallador camino de la muerte de Jesús. Y ahí Él, asombrosamente, vence y te devuelve a la Vida. ¡OH, LA VIDA! ¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO! ¡TU VIDA! ¡GRACIAS!
Y Magdalena salió a los caminos a gritar la Buena Noticia: ¡HA RESUCITADO EL SEÑOR! “La muerte. ¿Dónde está la muerte? ¿Dónde está mi muerte? ¿Dónde su victoria? Resucitó, Aleluya. Resucitó. Alegría. Resucitó.” Resucitó de veras mi amor y mi esperanza. Cantad. Alegraos. Sed agradecidos. Confiad. Aleluya.
Antonio García Rubio. Es párroco del Pilar en Madrid

sábado, 15 de abril de 2017

World Match Racing Tour

El keniano Lonyangata gana el maratón de París

El historiador del arte francés Ozvan Bottois con Jordi Batallé en El in...

China teme un conflicto inminente en Corea del Norte

Masha y el Oso - Encuéntrame si puedes (Capítulo 13)

Así se lanzó la MOAB, "la madre de todas las bombas", en Afganistán

viernes, 14 de abril de 2017

Real Madrid en el clásico de Europa

Esto se esta liando de mala manera

Esto desgraciadamente se esta liando de mala manera: super bomba y Corea del Norte. Urge y lo digo muy en serio una reunión urgente entre EE.UU, RUSIA y CHINA. Trabajemos todos por la paz. jl
GBU-43

14.04.2017 Celebración de la Pasión del Señor

VIERNES SANTO. 2017

Stabat Mater dolorosa - Giovanni Battista Pergolesi (1710 - 1736)


Al llegar la Semana Santa he vuelto a encontrarme con Marta. Nos vemos a menudo. Hablamos de la Cruz. Y de pronto, se lanza a un precipicio entre la denuncia y la derrota: "Qué comentarte, Antonio, sobre los cristianos actuales, sobre mí misma y mi familia, quizás también sobre ti, sobre tantos de nosotros que nos permitimos vivir una vida aburguesada y carente de iluminación; que trabajamos para ganar dinero con el que vivir y mantener una vida asegurada, con el aliciente de viajes, fiestas y comodidades; que de vez en cuando vamos a misa o damos limosna para sentirnos solidarios; que somos buena gente con la familia, con los amigos, con los cercanos; pero que: ‘bla, bla, bla’.
Produce cierto cansancio mirar nuestros facebooks, o washapps, tan vacíos o meramente entretenidos; con Jesús ausente. Ver un cristianismo vergonzante y de amarga crítica. Me duele, amigo. Voy a vivir un Viernes Santo en viajes evasivos. Sin que me deje rozar siquiera por la conciencia de Cristo, ni por la muchedumbre inmensa de crucificados que nos rodean. A veces, me siento incapaz ante el poder seductor de esta sociedad. ¿Crees que soy digna de llevar el nombre de Cristo?".
Marta, es una madre con trabajo, con piso propio, con cierto dinero en el banco, con hijos sanos y listos que estudian en buenos colegios, que se me quejaba un día, antes de su conversión, de que sus hijos no vivían la fe. Y que luego me confesó como la vivía ella, rodeada de caprichos y de una vida cómoda, pero sin perderse la misa del domingo y sin compromisos ni espiritualidad. Y acabó dándose cuenta de que ella era la causa más cercana de la falta de fe de sus hijos, a los que predicaba una religión sin fuste, de formas, carente de alegría y de conciencia iluminada, sin ningún criterio solidario, vacía.
Pero fue Él el que cargó con los pecados. Pero fue Él el que cargó con los dolores. Todos nosotros andábamos errantes. Despreciado. Deshecho de los hombres. Varón de dolores. Ante quien se vuelve el rostro, ante quien nos incomodamos y nos alejamos como si nada, disculpándonos, o reafirmándonos en nuestras dudas y condicionamientos. Encerrados en nuestra carne, en nosotros mismos.
El pasado Domingo de Ramos pude emocionarme con la música, como hacía tiempo que no me sucedía. Consuelo, mi hermana sacristana, entregada a la acogida de todo hijo de Dios en lo máximo que puede hacer una mujer de 83 años, haciendo un gran esfuerzo, me prestó su abono en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de la Música. El lleno era total. El Collegium Vocale Gent, dirigido magistralmente por Philippe Herreweghe, nos ofreció Matthäus-Passion (BWV 244 (1727), La Pasión según san Mateo, de Johann Sebastian Bach. Me sentí, junto a la mayoría de los espectadores, transido, conmovido, atrapado por un mensaje de salvación que puesto en música nos desborda y nos sorprende increíblemente. ¿Quién me atrapaba: Bach, la Collegium, Herreweghe, los músicos, las sopranos, los tenores, el ambiente? De pronto me vi sollozando, con los ojos humedecidos, perdonado, absorto en la belleza del todo, y sostenido por Cristo, por su Pasión, por su muerte, por el Evangelio de Mateo, por la inteligencia musical de Bach y  los detalles de piedad de los textos madrigalistas debidos a Christian Friedrich Henrici. Me vi como un agradecido preso de la fe que me acompaña desde hace décadas.
Las lágrimas eran también una suave expresión, ante la cruz de Cristo, del dolor de mis pecados y de los del mundo, de los de esta opulencia distante y asfixiante, en la que de un modo u otro participamos. Me dolía el dolor de Cristo y el de los violentados, los ateridos y excluidos. Y me vi envuelto en un silencio orante, vertido en la conversión del propio corazón:                                
¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de Cordero,
sacrificado en cruz, salvó la tierra.

Dolido mi Señor por el fracaso 
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.

Y así dijo el Señor: "¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!"
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.

La contemplación del Misterio de la Cruz Cristo, me devuelve la esperanza, me proporciona una confianza inenarrable. El protagonista de la conversión y la salvación ofrecida es Él. Sólo Él. Y sólo comprenderemos su Cruz, si entendemos la entrega de Jesús como manifestación del perdón y del amor del Padre Dios; un amor personal que nos pide un sí incondicional.
Antonio García Rubio. Es párroco del Pilar en Madrid.