El salón del automóvil de Fráncfort, es el mejor termómetro para medir la temperatura de un sector industrial, capital para la economía mundial y que estos últimos meses se ha visto sacudido por el escándalo de los motores trucados. Un sector determinante, no solo por su peso económico, y que hoy se prepara para vivir una revolución tecnológica. Institución en Alemania y cita bianual en alternancia con Francia, el salón del automóvil que tiene lugar en septiembre en Fráncfort desde 1951, reúne más de un millón de visitantes y a los principales constructores mundiales. Una buena oportunidad para dar una ojeada a un sector industrial que desde hace unos años experimenta cambios revolucionarios; aunque algunos analistas estiman que, a la luz de las ventas de vehículos eléctricos, las cosas no serán tan rápidas. Como sucede durante la Feria de Fráncfort, la lluvia de comunicados ha sido intensa, entre ellos destaca el anuncio del vice ministro chino de Industria, afirmando que su país pondrá fin a la fabricación de automóviles diésel o con motores a gasolina, aunque sin dar una fecha.
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